domingo, 13 de marzo de 2011

Critica: Black Swan


Critica: Black Swan

Dirigida por Darren Aronofsky, ‘Black Swan’ es un drama/thriller psicológico en el que Natalie Portman compone a una bailarina clásica que tiene la oportunidad de su vida al obtener el rol protagónico para ‘El lago de loscisnes’, sin embargo la competencia contra sus rivales, condensadas en Mila Kunis, y las presiones del ambiente la llevarán a un estado mental en el que no todo es real. Reseña a continuación…

El cine de Darren Aronofsky siempre da que hablar. Sus películas son consideradas de culto, incluso 'The Fountain' su proyecto más pretencioso y en ese sentido el más fallido, que a pesar de haber sido objeto de burlas a nivel mundial tiene fieles seguidores que la consideraron una obra cinematográfica única. 'Black Swan' sigue una línea que el director implementó en 'The Wrestler', el film que revivió al enorme Mickey Rourke, y su parecido no se refleja únicamente en la gran cantidad de planos de espalda que siguen a Natalie Portman enfrentando su vida como sucediera con Randy 'The Ram'. Aronofsky desnuda el mundo del ballet como hizo hace dos años con el de la lucha libre, mostrando que fuera de un cuadrilátero de sangre y sudor, hay personas con músculos inflados con esteroides, que viven en trailers, se tiñen su propio cabello, tienen problemas familiares y sufren como cualquier otro. Lo que no se ve desde el palco es la presión a la que se somete la protagonista del film, los golpes, las alucinaciones, la competencia constante con las compañeras y la búsqueda de la perfección. Nina (Portman) se somete a un régimen de vida estricto, sin permisos ni concesiones, vomitando para mantener un peso ideal, aún a costa de su propia salud mental, situación que se evidencia en la gran cantidad de alucinaciones que experimenta, algunas que sólo tienen la finalidad de potenciar su desequilibrio mientras que otras realmente son puntos de quiebre en la trama.

La obra que la compañía de ballet ejecuta es 'El lago de los cisnes', en la que el 'cisne blanco', una princesa atrapada en ese cuerpo, busca el verdadero amor para romper el hechizo. El 'cisne negro' seduce y engaña al hombre, lo que lleva a que el 'cisne blanco' se arroje a un precipicio. El director de la obra, Thomas Leroy (Vincent Cassel) sostiene que si bien se ha representado en muchas oportunidades esa misma obra, la diferencia se hará porque ambos cisnes serán interpretados por la misma bailarina. Esto dispara en Nina una doble batalla, contra las otras y contra sus propios demonios. Al igual que en la obra, el contraste entre ambos cisnes/bailarinas es muy marcado, Portman representa un personaje dócil, inocente e infantil, mientras que Lily (Mila Kunis) es pasión y seducción, no es perfecta en sus movimientos pero sí es natural, lo que supone una seria amenaza para la protagonista. El cisne blanco que es Portman de a poco irá descubriendo su lado oscuro, autodestructivo e imprevisible pero que a la vez conduce a la perfección en la danza. Frente al rígido control de una madre castradora, la parte oscura reflejada en la liberación sexual es una tentación irresistible para Nina. La paradoja que supone la liberación, el ‘vivir la vida’ en un dormitorio rosa repleto de peluches evidencia una situación en la que sólo un estado puede prevalecer.

La lucha que llevará adelante Nina se seguirá con maestría a lo largo de todo el film, llevando a una duda constante acerca de lo que se está viendo. Estéticamente impecable, las coreografías de baile se suceden durante 108 minutos ofreciendo puro goce visual coronado con el esperado acto del ‘cisne negro’ en el que la transformación de Portman, con metamorfosis incluida, es total. Un punto de clímax manejado con destreza, en el que los aplausos del público deberían reflejarse en el espectador.

Darren Aronofsky vuelve a presentar una excelente historia que se sostiene tanto con un logrado trabajo en dirección y guión así como con grandes actuaciones de los personajes principales y también destacadas participaciones en roles secundarios como Winona Ryder o Barbara Hershey, en el rol de la madre controladora hasta el borde del sofocamiento. Sólida desde cualquier punto en que se la enfoque, ‘Black Swan’ es una gran película bellamente ejecutada, cuya posible candidatura a los Oscar no debería sorprender a nadie.


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